Animales pequeños, especialmente roedores, pueden causar averías en el motor al colarse bajó el capó. Es un fenómeno relativamente frecuente al aparcar en las calles de ciudades con sobrepoblación de ratas (aunque las hay de cuatro y de dos patas, y sólo las primeras tienen afición por los vanos de los motores).
Lo que no es muy usual por estas lindes es que se te pare el coche porque en el motor haya una boa constrictor de dos metros.
Y eso es lo que le pasó recientemente a una mujer en Santa Fe, Nuevo Mexico. Según el reportaje de vídeo de la cadena KRQE, esta señora conducía su pick-up (marca y modelo no especificados) cuando el motor se detuvo, así que con la inercia que llevaba se las apañó para ladearse al arcén de la carretera y poner los intermitentes de emergencia.
Como buenos samaritanos los hay en todas partes, un joven identificado como Jackson Ault avistó a la conductora en apuros y pensó que lo más probable es que con unos cables para baterías enmendaría el problema. Paró su coche frente a la pick-up y se ofreció a echarle un vistazo al motor.
Al levantar el capó, la señora dice que el voluntarioso Jackson Ault dio un salto de 15 pies hacia atrás (la conversión métrica serían unos cuatro metros y medio), y que empezó a proferir obscenidades a pleno pulmón. Aún así, la propia mujer lo excusa de su lenguaje grosero porque le concede que “aquello le pilló desprevenido.”
Yo también creo que el uso de imprecaciones poco elegantes está disculpado; si el señor Ault esperaba encontrarse una batería vieja y en su lugar había una boa constrictor gigante, “desprevenido” se puede considerar un eufemismo de crisis de ansiedad. Y susto tampoco debe ser una palabra que abarque la totalidad de los sentimientos que experimentó Jackson Ault.
Las fuerzas de la ley al rescate
Ya más serenos, el mozo y la dama llamaron a la policía, y quien acudió al rescate fue el agente Louis Carlos, quien, por intervención cósmica, resultó ser un aficionado a este tipo de mascotas. Así que retiró a la serpiente con delicadeza y la estuvo cuidando hasta que vinieron los de la protectora de animales para asegurarse de que el espécimen no había sufrido ningún daño.
A pesar del paseo en coche, aparentemente la boa gozaba de buena salud. Dylan Moore, el empleado de la protectora Santa Fe Animal Shelter, explicó a los presentes que el magnífico ejemplar seguramente se coló de polizonte porque buscaba el calor, y que lo más seguro es que mientras retozaba encontrando una postura cómoda, debió arrancar algunos cables de las bujías.
A lo mejor a Jackson Ault le bastó con la explicación, o puede que haya desarrollado severos problemas de insomnio y esté tomando 25 milígramos de diazepam al día. Ahí va el vídeo de los testimonios…