No te fijes en el diseño porque es una mezcla de Tata Nano y Peugeot iOn que no va a ninguna parte. Google está trabajando en el futuro de la movilidad urbana utilizando coches autónomos que ahora mismo no brillan por lo bonitos que son. Si brillan es por lo que hay dentro, o mejor dicho por lo que no hay dentro. No tiene ni volante ni pedales porque no son necesarios.
Los progresos de su proyecto son visibles y palpables. Nos hacen creer que la conducción autónoma no es una utopía reservada a grandes superproducciones de Hollywood. Es verdad que no llegará el año que viene ni el siguiente, pero creo que hay motivos más que suficientes para creer en este tipo de conducción tan futurista gracias al trabajo del gigante de Internet y otras empresas que persiguen el mismo objetivo con ahínco y tesón.
Avanzando hacia una movilidad autónoma
Sergey Brin, cofundador de Google, salió ayer a la palestra durante la conferencia Codecon que se celebra en Rancho Palos Verdes (California) para hablar del coche que han preparado, que por ahora tiene capacidad para dos personas. Es compacto, eléctrico y solo lleva un botón de encendido y una pantalla que muestra el recorrido que completará para llevar a los pasajeros al punto de destino indicado. Y, por supuesto, no le faltan sensores para analizar el entorno.
Lo han diseñado pensando en su circulación dentro de áreas urbanas y suburbanas, pudiendo alcanzar una velocidad máxima de 40 km/h. Eso significa que se mueve a una velocidad prudente, respetando los límites en todo momento, así que si algún día te compras uno y tienes prisa no podrás hacer nada más aparte de morderte las uñas.
Dispone de dos sistemas de dirección y frenado porque en caso de que uno falle siempre actúa el de reserva. El frontal está hecho con un material esponjoso que protege a los pasajeros, pero también a los peatones y otros vehículos. Dudo que se parezca en algo a los nuevos Airbump de Citroën.
En los próximos años van a fabricar 100 vehículos que circularán por las calles de California. A pesar de eso, tendremos que esperar unos cuantos años para poder ver las primeras unidades en un concesionario Google. Esto es así porque todavía faltan muchas cosas por pulir, y también porque las carreteras tendrán que adaptarse a su llegada.
¿Los coches autónomos son peligrosos?
La gente tendrá que dar un paso al frente y animarse a probarlos. De momento solo un prototipo ha tenido un accidente, y fue cuando el conductor lo estaba controlando de forma manual. Todas las partes implicadas temen que haya accidentes y por eso se harán muchas pruebas antes de que el primer coche autónomo se ponga a la venta. El objetivo es que no haya ni una sola víctima mortal en las carreteras, así que no tendría sentido crear una nueva metodología de conducción si con ello no se progresa.
En Estados Unidos mueren 33.000 personas cada año por culpa de un accidente de tráfico, cifra que se eleva hasta 1,2 millones si incluimos las muertes que se producen en el resto del planeta por la misma causa.
En estos momentos Google no puede obtener la licencia para conducir en California. Sin embargo, otras compañías la recibirán en septiembre, pero solo se podrán mover con coches provistos de volante y pedales que estén controlados por un profesional que pueda actuar en caso de que surja un imprevisto. Además, tendrán que contratar un seguro por un importe superior a los cinco millones de euros.