Que tiemblen el Bugatti Veyron Super Sport y el Hennessey Venom GT. Los dos coches más rápidos del mundo ahora tienen un temible competidor, aunque no en tamaño. Se llama SST-3B-Falcon, un coche de juguete que ha llegado a alcanzar los 553 km/h durante un test de velocidad realizado en el circuito de velocidad y resistencia «Santa Pod Raceway» ubicado en el centro de Reino Unido. ¿Cómo conseguir semejante velocidad sin la ayuda de un motor? Sencillo, con la potencia de un cohete adaptado al chasis de juguete.
Parece mentira que un simple estudiante de instituto haya decidido de una vez por todas romper el récord de velocidad impuesto en 2009 por un coche de radio control llamado ‘Schumacher Mi3’, que pudo alcanzar los 259 km/h con un pequeño motor R/C de 11 CV. Ambos coches no son comparables, ya que en este caso hablamos de un simple bastidor armado con varios «artefactos voladores» a la espalda, y ruedas a prueba de altas velocidades. No obstante, nada es más veloz en el mundo de los coches de juguete que el SST-3B-Falcon, una pequeña máquina elaborada por un estudiante londinense de 18 años de edad llamado Samvir Thandi.
Su propio padre, Jaswant Thandi, es un ingeniero de aeronáutica que, al enterarse de semejante gesta, no dudó en bromear declarando que está preparado para competir contra su vástago con «un coche supersónico a tamaño real» (según sus palabras) mejorando la marca impuesta en el trazado de Santa Pod. Jaswant también ha confesado que «antes de unirme al equipo Bloodhound para intentar batir el récord de velocidad, Samvir no estaba interesado en esta ciencia. Ahora quiere estudiar ingeniería aeronáutica«.
Y es que la hazaña no ha estado mal considerando que el coche fue únicamente creado para un trabajo propuesto por «The Heathland School», escuela a la que acude Samvir. Como puede apreciarse en las imágenes del video, nadie pensaba que este sencillo «cohete con ruedas» llegase a alcanzar los 553 km/h sin despegarse del suelo. Impresionante, ¿verdad?