Aunque a estas alturas ya nada debería sorprenderme, no puedo ocultar mi asombro después de ver el último vídeo que nos llega desde Rusia, concretamente desde San Petersburgo.
La escena, que no sé si catalogar de drama o de humor, ocurrió en una parada de autobús repleta de gente, donde nuestros dos protagonistas esperaban impacientes a que llegara el transporte público, aunque no precisamente para subirse a él con su tarjetita de 10 viajes…
Hay bombillas que es mejor que no se enciendan
Las dos o tres neuronas que tienen en la cabeza empezaron a funcionar para trazar un plan que solo se les ocurriría al Luisma y el Barajas. Como se habían quedado tirados con el coche (seguramente sin batería), esperaron la llegada del autobús para que les remolcara. Atándolo a unas escaleras que hay en la parte trasera estaban convencidos de que se movería a la velocidad necesaria para ponerlo en marcha, pero no tuvieron en cuenta lo importante que era girar el volante para no liarla parda.
El resultado fue el que se preveía. Se estamparon contra un coche que estaba aparcado y la policía llegó a los dos segundos. A partir de ahí no sé lo que pasó con ellos, pero imagino que entre multas y demás habrán reconocido que el plan no les funcionó tan bien como esperaban. Otra vez será.