Tengo que reconocer que soy de los que piensan que el BMW i3 no tiene mucho futuro en nuestro país. Me parece un coche con un diseño poco atractivo que cuesta mucho dinero por el hecho de ser eléctrico e «innovador». Pagar 35.500 euros (39.990 euros con el Range Extender) me parece una barbaridad con la que está cayendo. Además, por un precio muy parecido te puedes comprar un señor Opel Ampera, ya que la berlina germana parte desde los 38.300 euros ahora mismo.
A pesar de los pesares, la firma alemana está vendiendo más unidades de lo previsto, aunque la inmensa mayoría se despachan fuera de nuestras fronteras. Apenas lleva un par de meses en el mercado y ya hay una lista de espera de medio año para tenerlo en el garaje enchufado a la corriente. En un principio planificaron unas 10.000 unidades al año, pero puede que las previsiones se queden cortas.
Aquí se vende en cuentagotas
En España vendieron 14 unidades durante el mes de enero que acabamos de dejar atrás, así que no les sirve de mucho invertir dinero en publicidad porque no se van a hacer de oro. Es más bien una cuestión de imagen, un poder demostrar que también se preocupan por el medioambiente fabricando coches eléctricos. De ahí que también podamos comprarnos un BMW i8, aunque éste sí que es inalcanzable para la mayoría de los mortales.
Éxito en Alemania y Estados Unidos
Ian Robertson, jefe de ventas de BMW, habla de más de 11.000 pedidos. En Alemania está teniendo muy buena acogida, e incluso en Estados Unidos, donde cuentan con una red de recarga de eléctricos bastante decente, ya se han reservado 1.200 unidades. Lo que no sabemos es lo que pasará a mediados de 2014 cuando llegue a China y Japón.
Otro dato que les anima a continuar es bastante significativo. Un 80% de los BMW i3 se han vendido a nuevos clientes, lo que supone una gran noticia para los bávaros. Eso sí, no van a volverse locos y por eso han anunciado que el tercer modelo de la familia BMW i tendrá que esperar.