A veces, los intensos controles de velocidad que sufren los automovilistas pueden dar resultados como este. El conductor de 39 años de un monovolumen Hyundai se tomó muy mal ser destellado por un flash de la Guardia Civil de Gondomar, y ni corto ni perezoso, cambio de sentido de circulación para embestir deliberadamente su vehículo contra el coche patrulla que hacía de radar móvil. El suceso tuvo lugar en Gondomar (Pontevedra) y así sucedieron los hechos.
Historia de un kamikaze
Anoche, un coche patrulla camuflado con radar móvil detectó a un vehículo que circulaba a 81 km/h en un tramo delimitado a 50, y como en tantos otros casos, fotografió la matrícula de éste para identificar e interponer su correspondiente sanción. Un kilómetro más adelante, el infractor es detenido para notificarle la multa, pero éste no se lo tomó demasiado bien y amenazó a los agentes con arremeter contra ellos en caso de continuar con la sanción.
«La próxima vez que vea el radar, lo voy a embestir«. Esas fueron sus palabras según uno de los Guardias Civiles presentes durante la intervención. «Hemos tratado de tranquilizarle» ha asegurado.
Así pues, el hombre cumplió con su amenaza y dio la vuelta al coche, circulando en sentido contrario hacia el coche radar que lo había cazado con el flash. «Fue a por él como un miura«, dicen los testigos. Los agentes, alertados segundos antes por sus compañeros, no pudieron reaccionar a tiempo y fueron embestidos dos veces por el infractor.
A consecuencia del fuerte impacto, tanto el conductor del Hyundai como el agente de Tráfico que estaba dentro del coche radar resultaron lesionados. Por su parte, el guardia tuvo que ser inmovilizado con collarín por los servicios de emergencias del 061 debido al fuerte golpe recibido, con el ánimo y apoyo de todos los compañeros que estaban allí.
El conductor está ahora acusado de atentado contra la autoridad, lesiones y un delito contra la seguridad vial.