Es una de esas noticias que impactan y que no te puedes llegar a creer. Michael Schumacher se debate entre la vida y la muerte por culpa de un accidente que sufrió ayer mientras esquiaba. El ex piloto de Fórmula 1 se golpeó contra una roca en la estación de Méribel, en los Alpes franceses, a eso de las 11 de la mañana. Fue trasladado de urgencia al hospital de Moutiers, pero luego se le trasladó al Centro Hospitalario Universitario de Grenoble, donde ahora mismo está en coma y se teme por su vida. Su esposa y sus tres hijos están con él, viviendo una pesadilla que todos esperamos que se quede en un susto de los gordos.
Máxima preocupación
Todo ocurrió cuando el ‘Kaiser’ se encontraba esquiando con casco y fuera de pista con su hijo de 14 años. Perdió el control y sufrió un golpe durísimo que le hizo entrar en coma. El primer parte médico ya advertía de la gravedad de su estado: «Schumacher sufría un traumatismo craneoencefálico grave con coma a su llegada, que ha necesitado inmediatamente de una intervención neuroquirúrgica».
Christophe Gernignon-Lecomte, director general de la estación de esquí, trató de quitarle importancia al asunto comentando que no era nada grave. Dijo que el heptacampeón del mundo de Fórmula 1 estaba consciente y algo conmocionado. Eso fue nada más conocerse el accidente, pero minutos más tarde llegaron peores noticias sobre su estado.
Pendientes de lo que suceda en las próximas horas
Estaremos atentos a su evolución cruzando los dedos para que salga del coma cuanto antes. Es un hombre fuerte, que ya se ha recuperado de varios accidentes. El último grave lo vivió en Cartagena, cuando pilotaba una moto por el circuito de velocidad que hay en esa localidad. Sufrió contusiones en la muñeca, en el tórax y en el cuello, pero se recuperó en el hospital de Murcia. Ojalá vuelva a tener la misma suerte, aunque lo de ayer fue mucho más grave.