El salto que se dio en el 2008 entre el Vectra y el Insignia fue una teletransportación al futuro. De alguna manera, Opel pergeñó una berlina del segmento D que estaba a una era de la anterior, pero que ya nació como un coche muy madurado. Lo normal como producto totalmente nuevo es que hubiera ido acumulando una lista abultada de defectos e introduciendo ligeras correcciones de suspensión, o eléctricas, o de dirección. Pero funcionó sin pegas desde el primer día, y lo cuentes como lo cuentes; por meses, por trimestres, por años… En las ventas siempre ha hecho podio.
De hecho, no ha habido que hacerle nada al coche hasta ahora. Y por fuera sigue tal cual, salvo cinceladas a la carrocería para bajar su índice de penetración aerodinámica y reducir el consumo.
Ahorrar petróleo y cargarlo de más tecnología para la conducción. En eso se han centrado.
Ayer se presentó formalmente en España, después de haber sido mostrado en Frankfurt y de un periplo de shows hi-tech con Google Glasses incluidas para la prensa por el Reino Unido y Alemania. Los de marketing de Opel aducen que para mostrar la última tecnología tiene todo el sentido del mundo ponerse las gafitas y que vayan apareciéndote en los cristales pegados a los ojos una vorágine de iconos, gráficas, numeritos, etc… Las fotos del artículo son para hacerse una idea de cómo fue el evento Insignia+Google Glasses. Si queréis saber sus precios y todos los minúsculos detalles sobre él, el mes pasado David ya os lo analizó bien a fondo, cuando se puso a la venta.
Para los preocupados por los rendimientos, se habló de los retoques en los motores y de algún motor nuevo en la gama (como el gasolina 1.6 SIDI Turbo de 170 CV que ya lleva el Astra), que por ahora no llegará a nuestro país dentro del Insignia. Aquí seguiremos con el 1.4 de 140 CV que, si algo tiene de bueno a parte de ser correcto y equilibrado, es que es perfectamente adaptable al GLP.
A fondo a por el diesel
Donde más mano han metido es en el 2.0 CDTI ecoFLEX, también en el Astra con sus 140 CV. El retoque de ingeniería consiste en evitar pérdidas de calor y turbulencias dentro del vano motor. Otros fabricantes también lo han hecho con sus diesel. Todos dicen que el traqueteo típico diesel es más refinado y que el consumo baja sensiblemente.
No puedo dar fe de ello porque todavía no lo hemos probado, pero aseguraron que la media era de 3,7 litros a los 100 km. Con el tamaño y el peso del coche da la risa leer esto, pero si en conducción más o menos relajada consigues sacarle cinco y pico litros a los 100 km ya me parecerá que la reducción de gasto es palpable.
En la versión 165 CV del mismo propulsor y con caja de cambios manual también anuncian números de ciencia ficción (4.3 l/100 km). Y digo lo mismo que antes: si en realidad te quedas por debajo de los 6 litros, para mí ya lo habrán hecho bastante bien en Opel.
Y, si efectivamente el rendimiento y el consumo han dado un pasito adelante, se alegrarán sobre todo los que opten por las carrocerías más propensas a gastar más, como la campera Country Tourer y con tracción total, que en España sólo se vende en diesel.
Por último, los encandilados por la simbiosis electrónica entre el conductor y el coche, tendrán una respetable sorpresa cuando vean el interior. El cuadro de mandos es ahora digital y el sistema de infoentretenimiento es tan multitarea como cualquier tablet. Un conductor de 60 años, que a lo mejor no está tan familiarizado con los gadgets como los smartphones, tal vez sienta algo de mareo cada vez que quiera encender la radio. Pero los que expriman a fondo las posibilidades de interacción con el coche van a disfrutar con el Intelligent Link, el navegador, la conexión a internet y un sinfín de aplicaciones.
Abreviando, el Insignia va a seguir haciendo podio en ventas jugando en su categoría, o mucho me equivoco. La relación valor/precio sólo le plantea un enemigo serio, que sería el Ford Mondeo. Ambos están en el escalón superior de la cadena trófica y se lo merecen.