Hace poco un Ferrari 250 GTO que había sido pilotado en su día por Stirling Moss se convirtió en el coche más caro de la historia de Ferrari tras haber sido comprado por un millonario inglés por 32 millones de dólares. Sin embargo, el deportivo italiano, sin duda uno de los bólidos más emblemáticos de la historia, sigue teniendo admiradores adinerados dispuestos a pagar siempre un poquito más por él. Al menos eso se desprende de las informaciones aparecidas en el medio Bloomberg, en las que se afirma que tres traders especializados han confirmado que un hombre sin identificar ha pagado la astronómica cifra de 52 millones de dólares por un Ferrari 250 GTO de 1963, lo que sería la cifra más alta pagada por un coche.
El Ferrari 250 GTO protagonista de este récord fue propiedad de Paul Pappalardo, quien lo compró en 1974 a un coleccionista español. Pappalardo lo restauró e incluso lo usó para competir en algunas emblemáticas carreras de coches clásicos. Por ejemplo, participó en la Le Mans Classic de 2002 antes de venderlo.
Ferrari 250 GTO
El Ferrari 250 GTO es uno de los deportivos más famosos de la historia y una auténtica leyenda de la marca italiana. Fue lanzado a principios de los años 60, diseñado para competir en carreras de GT. Iba montado sobre el chasis del GT SWB e incorpora el motor que llevaba el Ferrari Testa Rossa, un V12 3.0. Debutó en las 12 horas de Sebring en 1962 y logró 3 campeonatos del mundo de constructores (1962, 1963 y 1964).
Añadir que se fabricaron solo 29 unidades de este deportivo, de las cuales 6 de ellas eran encargos «especiales». Un coche exclusivo que alcanza ahora un precio de venta récord (aún no oficial) de 52 millones de dólares.