En el Salón de Frankfurt también veremos algunas meritorias preparaciones de alto standing. Tal es el caso de los alemanes de Alpina, que, sin ser unos históricos fanáticos de BMW, les han dado un buen repaso al diesel de la Serie 3, sobre todo mecánicamente.
Alpina opta más por la elegancia que por la agresividad en sus paquetes aerodinámicos, cuestión patente en las fotografías, tanto del sedán como del familiar. Un pack M es mucho más estridente y deportivo. Sin embargo, el porte señorial no implica que se quede atrás en rendimiento con respecto a los trabajos de Motorsport. Más bien les ha pasado la mano por la cara.
Han sustituido el motor diesel de cuatro cilindros por uno de seis en línea y le han cosido dos turbos. El resultado son 350 CV disponibles desde la primera punta de gas, prácticamente los 700 Nm de par motor están ahí antes de las 1.500 revoluciones.
Quién hubiera dicho hace diez años que el diesel llegaría hasta aquí
Todo en lo referente a sus prestaciones es obsceno: de 0 a 100 en 4,6 segundos y un tope de velocidad en 278 km/h. Aplina declara un presumiblemente falso consumo medio de 5,3 litros. Vale que es un diesel, pero se asemeja más al motor de un remolcador transatlántico que al de un coche, o sea que a poco que te dejes llevar te pasas de los 10 litros seguro.
El otro ingrediente con el que Alpina siempre firma está presente: sus llantas multiradio a elegir entre 19 y 20 pulgadas.
Este Serie 3 cuya base está en el 335d es más rápido y capaz que el Serie 5 M550d. Está disponible con tracción trasera y con la habitual motricidad en las 4 ruedas Xdrive de BMW. La caja de cambios no la han tenido que tocar, porque sigue manteniendo la tan elogiada ZF automática de ocho relaciones.
Y se supone que es un simple coche diesel. Y yo no soy un entusiasta de este combustible. Pero hay que quitarse el sombrero.
Del precio no se ha dicho nada todavía, pero ya debe haber más de un obseso de la hélice que lo estará codiciando.
