Imaginad estar tan tranquilo pasando un día en Londres. Hemos dejado el coche aparcado y nos disponemos a realizar un recorrido a pie por las principales atracciones y rincones turísticos de la capital londinense… Todo va como la seda, disfrutamos como enanos por las calles de la city y es entonces cuando llega la hora de irse. Nos aproximamos al coche y… ¡se ha derretido!
Pues eso es lo que le ha pasado a un hombre que aparcó su Jaguar XJ en la calle Fenchurch Street número 20, justo enfrente de un edificio llamado popularmente por los londinenses el Walkie Talkie, el cual aseguran que es el causante de los daños. Y es que no es la primera vez que este edificio produce daños en coches, e incluso en personas.
Una lupa gigante en Londres
La particularidad del edificio es que posee una fachada convexa que hace que en determinada hora del día los rayos del sol se reflejen contra la fachada del edificio, proyectando un reflejo que puede ser dañino tanto por su intensidad como por el calor desprendido. Como se ha podido comprobar, la fachada sirve de lupa para la luz del sol, solo que esta gigantesca lupa de 160 metros de altura en vez de quemar hormigas es capaz de quemar objetos mucho más grandes.
En realidad el edificio-lupa Walkie Talkie no derritió por completo el coche, lo cual sí que hubiera sido un fenómeno para estudiar, pero sí causó daños por corrosión en la parte de la carrocería expuesta al reflejo del edificio. Otros muchos testigos han señalado que después de aparcar en esa zona han sufrido daños por quemaduras en sus vehículos, sobre todo en la zona de los espejos retrovisores.
Pobres londinenses. Ya no solo tienen que hacer frente a gaviotas o desaprensivos aficionados a rayar el coche, sino que ahora hasta los edificios les queman los coches.