Arranca la segunda fase de la operación especial de verano y lo hace con una previsión de desplazamientos que no es moco de pavo. Tráfico prevé que se producirán hasta 42 millones durante el mes de agosto con motivo de las vacaciones que muchos españoles empiezan o acaban. Eso significa que entre hoy y mañana veremos mucho movimiento en las carreteras españolas, ya que solo entre esos dos días se calculan 2,7 millones de desplazamientos.
La Dirección General de Tráfico (DGT) sabe que uno de los puntos más concurridos será el Paso del Estrecho de Gibraltar. El próximo 7 de agosto finaliza el Ramadán y eso significa que los movimientos de vehículos magrebíes se multiplicarán para esa fecha.
Paciencia, paciencia y más paciencia
Lo que hay que evitar son las aglomeraciones que se producirán en las salidas de las grandes ciudades. Éstas se prevén especialmente intensas entre esta tarde y todo el día de mañana, así que una buena recomendación es buscar otro momento para salir o armarse de paciencia, ya que las colas pueden llegar a ser kilométricas en algunos puntos.
Los tramos más conflictivos serán los de las carreteras de Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía, así como también la A-6 y la A-1 con salida desde Madrid. Evidentemente, llegar por carretera a las localidades costeras que reciben más turismo año tras año también será un verdadero infierno.
La DGT y la Guardia Civil pasan a la acción
Para que los niños no se pongan tan pesados y los mayores no suden la gota gorda, la DGT ha puesto en marcha una serie de medidas que suelen ser habituales por estas fechas. Se habilitarán carriles adicionales para descongestionar el tráfico en las vías más conflictivas, se restringirá la circulación de vehículos pesados a determinadas horas y aparecerán mensajes informativos en los paneles de algunas autopistas y autovías.
Además de todo eso, hay que decir que unos 10.000 agentes de la Guardia Civil se encargarán de controlar el tráfico para que la operación salida no se convierta en un verdadero caos. El objetivo será garantizar la mayor fluidez posible y que el número de accidentes sea inferior al de anteriores años.