Sebastian Vettel y Red Bull seguirán siendo una familia feliz como mínimo hasta finales de 2015 (aquí no se habla del 30 de junio como en los contratos de futbolistas). El bravo piloto alemán, tricampeón del mundo y absoluto dominador del Mundial de Fórmula 1 que se está disputando esta temporada, ha decidido ampliar su compromiso a sabiendas de que ahora mismo se encuentra en la escudería más competitiva. Es verdad que Ferrari ha recortado distancias, pero siguen siendo los reyes del mambo sin discusión alguna.
A sus 25 años, a Vettel todavía le queda mucho por delante, tanto que no es ninguna locura pensar que puede igualar o superar los 7 títulos de campeón del mundo de Fórmula 1 que posee su compatriota Michael Schumacher. Como tal vez ése sea uno de sus objetivos más bien guardados, continuará conduciendo un monoplaza de la firma austriaca que te da alas durante este mundial y dos más.
Una ascensión brillante
No hay que olvidar que Vettel llegó a Red Bull cuando era un niño de 12 años. Allí tuvo la oportunidad de aprender muchas cosas hasta que se sintió preparado para debutar en la máxima competición del mundo del motor. Fue en el Gran Premio de Estados Unidos de 2007, cuando reemplazó a un Robert Kubica que había sufrido un espectacular accidente en el Gran Premio de Canadá. Acabó séptimo con un BMW Sauber y logró convertirse en el piloto más joven en puntuar con tan solo 19 años y 349 días. Era el primer récord que lograba batir, pero no el último.
En 2008 ya estuvo a punto de lograr su asiento en la Fórmula 1. Disputó las últimas cinco pruebas del campeonato mundial de ese año y en 2009 ya se convirtió en uno de los pilotos oficiales de Toro Rosso. Sus espectaculares actuaciones le permitieron dar el salto a Red Bull un año después, escudería con la que solo sabe acabar en lo más alto de la clasificación final.
Os dejo con un divertido vídeo en el que aparece intercambiando los papeles con un ingeniero.