Si no tienes muchas ganas de leer, te lo puedo decir de una manera bien sucinta: los fabricantes seguirán invirtiendo en gasolina y diesel los próximos cinco años. Se retira la apuesta por el coche eléctrico y a los híbridos se les dará una tímida oportunidad. Quien soñase con ver defenestradas a las petrolíferas, que siga haciéndolo. El binomio petróleo-coche perdurará, inflándose y retroalimentándose otro quinquenio más. Ya está. Finitto.
En caso de que quieras una explicación algo más detallada, puedes seguir leyendo.
¿La excusa? Obviamente la crisis. Las marcas de coches sólo ven futuro en seguir desarrollando motores de combustión. Es más barato y más fácil. Pero se produce un contrasentido: los consumos puede que bajen con cada nuevo motor, pero el crudo continuará encareciéndose.
Los planes de inversión en motores de combustión interna se desplazan a la China, Brasil, Rusia y la India. Ahí se relocalizará la industria de manufacturación e I+D para seguir generando transporte basado en combustibles fósiles.
Ecología, ventas y caminos opuestos
Los responsables y directivos de las empresas más influyentes casi al unísono declaran que la preocupación por el medio ambiente ha descendido hasta el cuarto puesto en el sondeo a consumidores, cuando el año pasado ocupaba la segunda posición.
En los mercados maduros, donde la protección de peatones y ciclistas es más estricta cada año, los coches serán más pequeños y eficientes, cambiando la clásica fórmula del coche propio por otras alternativas como el carsharing o el alquiler. Porque ya no será sostenible la industria por venta directa al usuario. Como consecuencia, se incrementarán las alianzas entre constructores.
Pero en los mercados emergentes, la tendencia va por el camino opuesto. La demanda entre los próximos seis y diez años será de coches más grandes y gamas más altas. Esto es, mayor consumo, mayor contaminación.
En último lugar están los híbridos. Los fabricantes hablan de incertidumbre en cuál será la tecnología dominante; híbridos puros, enchufables… En respuesta, el I+D en vehículos híbridos se mantendrá, si bien con menos euforia que hasta la fecha y asumiendo menos retos. En cualquier caso, queda herida de muerte la electrificación (ya lo hemos visto con Audi, por ejemplo), y todos quedan a la expectativa de ver qué pasa con las pilas de combustible. Aunque será un asunto a tratar bastantes años más allá del 2020.
(Todos la información de este artículo proviene del informe anual de la consultora KPMG, que sondea a 200 directivos del sector de la automoción a nivel mundial: fabricantes, proveedores, servicios financieros y concesionarios. No os perdáis el pequeño resumen de este vídeo).