Algo está cambiando en el sector de la automoción. Desde que empezó la crisis cuesta mucho vender coches, algo que es todavía más evidente repasando los datos estadísticos del año que estamos a punto de cerrar. La gente no tiene dinero y quienes sí lo tienen prefieren ahorrar. La cosa no está para tirar cohetes porque más o menos todos sabemos que no estamos fijos en nuestro puesto de trabajo.
Es una realidad que alargamos más que nunca la vida útil de nuestro coche. Eso y que cada vez nos seduce más la idea de decantarnos por uno usado o de kilómetro 0. Es verdad que el olor a nuevo se agradece, pero no menos cierto es que ahorrarse un buen puñado de euros también es motivo de satisfacción, y más con los tiempos que corren hoy en día.
Muchas solicitudes del extranjero
Por eso mismo la demanda de coches usados se ha disparado desde 2009. El mercado interno va viento en popa y el mercado exterior cada vez pregunta más por los modelos que se venden aquí. Países como Francia y Alemania están entrando en recesión y eso ha despertado el interés de muchos de sus ciudadanos, que no solo quieren pescar sol y playa en nuestro país, sino que pretenden volver a casa conduciendo un coche «nuevo».
Precios más elevados por culpa de una demanda creciente
Mientras los concesionarios oficiales se llevan las manos a la cabeza porque no entran pedidos, otros que venden coches de segunda mano y de kilómetro 0 se frotan las manos porque tienen más trabajo que nunca. Por desgracia, si la demanda crece y la oferta se estanca, ya sabéis qué es lo que suele pasar con los precios. Suben de forma inevitable.
Es algo parecido a lo que sucede con la compra de pisos y el alquiler. Si la gente no quiere tener una hipoteca y prefiere irse de alquiler, los precios de venta de los pisos bajan y los de alquiler suben. Es lógico que así sea con el sistema capitalista que nos está llevando a la ruina.
Veremos cómo evoluciona el sector. De momento los más entendidos ya vaticinan un incremento de precios considerable en unos 7 u 8 meses. Para que os hagáis una idea, un coche nuevo que se vende en un concesionario por 19.000 euros podrá costar más de 9.000 euros de segunda mano. Así las cosas… ¿seguiremos diciendo eso de que un coche pierde muchísimo valor a los pocos meses de ser comprado?