La ambición de la manzana mordida no conoce límites. Después de haberse hecho con el mercado de los portátiles, los smartphones, las tablets y los reproductores de música, Apple le está dando vueltas a cómo seguir creciendo y, sobre todo, moldeando el mundo y nuestras cabezas con su filosofía de espiritualidad exclusiva. Así surge el proyecto de fabricar tres modelos de coches que conducen sin la menor intervención humana y que se alimentan únicamente de electricidad.
El encargado de este estudio es Shane Baxley, de la Universidad de Arte y Diseño de Pasadena, donde dirige un postgrado en Diseño de Transportes. Su punto de vista sobre los coches puede resultar controvertido, porque afirma que cuando ve en la carretera tantos diseños diferentes le sobreviene una sensación de caos visual que lo abruma, y que nos sentiríamos mucho más “zen” si los coches fuesen todos idénticos. Algo que encaja perfectamente con las pautas de diseño de Apple, y por eso la marca ha puesto tanta atención a su gama iGo.
Los tres modelos
– iMe: un vehículo ultra-compacto para desplazamientos urbanos, con la teórica autonomía de 56 kilómetros entre carga y carga.
– iUs: un biplaza derivado del primero, según Baxley el perfecto para desplazarte “con tu persona especial”. Es el único que te permite tomar el control del volante y te deja dar una vuelta a tu antojo en una cita, teniendo como tope una supuesta autonomía de 321 kilómetros.
– iWe: Idéntico por delante y por detrás, así que es omnidireccional. Puede alojar cuatro pasajeros y están sentados espalda contra espalda. Es para viajes más largos, de modo que su rango de alcance antes de agotar la batería debería estar en los 482 kilómetros.
El control de los coches se gestionaría desde la red de Apple iCloud, y esto permitiría que los vehículos pudiesen rodar alineados y separados por unos pocos centímetros sin riesgo de colisiones y accidentes.
El más pequeño, el iME, dispondría de un sistema de recarga sin cables, y al circular por carreteras que tuviesen bajo el asfalto un sistema de inducción el coche se iría autoalimentando. Los otros dos modelos montarían las baterías de ion-litio de Tesla Motors. Ninguno de estos coches se podría comprar, sino que el sistema que se propone es el del Car Sharing, un alquiler evidentemente monopolizado por Apple.
El lema a mí me parece inquietante: “iGo, donde todo el mundo y todas las cosas tienen que ir.” Enamorados de Apple, fabrique lo que fabrique. Y detractores de la marca. Pronúnciense: ¿os gustaría un mundo así?