Es el as en la manga de la marca de los cuatro aros en París. Dejando al lado las extravagancias propias de los concepts, que quien redacta el artículo siempre ha pensado que salen de juergas entre diseñadores que se drogan juntos, quitando todo lo que evidentemente nunca se verá en un coche de producción, este compacto crossover es la antesala del futuro Q2 CUV. Un coche más pequeño y más bajo que el Q3 y, por ende, más eficiente y útil dentro de una ciudad. Pero aún hay más.
Lo primero es que es un banco de pruebas para testear si Audi puede dejar ya las plataformas modulares de aluminio a un lado y dar un salto en ahorro de peso y costes. Este concept cuenta en su chasis con el alumino, obviamente, pero también añade piezas de fibra de carbono y fibra de vidrio. Como hay que ponerle nombres rimbombantes a las cosas, en Audi lo llaman “Multimaterial Space Frame”.
Es importante tener en cuenta esta prueba de materiales, porque según Audi va a ser la clave para mantener los pesos de los vehículos en un rango bajo a pesar de que van a convertirse en híbridos, y las baterías penalizan mucho. Este concept, un cuatro puertas de poco más de 4 metros de largo, se queda en 1.390 kilos de peso. Para que podamos hacernos una idea de lo que representa este dato, digamos que un Ford Focus que mide más o menos lo mismo y no tiene que soportar el peso del sistema eléctrico se queda unos 80 kilos por debajo del Audi.
Hasta ahora, los híbridos de Audi son testimoniales, porque su precio es tan absurdo que con su equivalente en diesel podrías pagar combustible durante cinco años antes de recuperar el sobrecoste del híbrido. Este concept ha de borrar el estigma y su sistema de impulsión eléctrica es totalmente nuevo: dos motores eléctricos y un gasolina 1.5 de tres cilindros al más puro estilo EcoBoost de Ford. Hasta los 55 km/h el coche se mueve de forma exclusivamente eléctrica y podría seguir así hasta una distancia de 86 kilómetros.
Cuando todos los motores funcionan juntos, estamos hablando de 177 CV y unos consumos por debajo de los 2 l/100 km. Sí, lo habéis leído bien: dos litros cada cien kilómetros. Ciencia ficción o realidad, lo sabremos cuando aparezca el Q2.