En Ohio, David Wiggings ha preparado el Murciélago SV más ciclópeo, morrocotudo y atroz dentro del universo conocido. 2.000 CV para las ruedas traseras de este ‘Lambo’. Lejos de parecerme una proeza, a mí se me antoja una insensatez más propia de un orate que no una preparación exclusiva de un modelo que, salido de fábrica, ya es fantástico de por sí. Hace que uno se cuestione qué sentido tiene y dónde está el límite. Y sobre todo, qué tiene en la mollera el que se lo compre.
El motor V12 ha transmutado completamente. En primer lugar, ya no es atmosférico (obvio), sino que lleva un turbo en cada bancada de cilindros. Pistones, bielas, tomas de aire extras, mariposas, sistema de escape… Todas las tripas están cambiadas y reforzadas para resistir la descomunal explosión de par motor.
Les parecía que el coche pesaba mucho y que la culpa estaba en la tracción integral de serie. Y, claro ¿Quién quiere una tracción en las cuatro ruedas para 2.000 CV de nada? Así que se la han amputado para bajar peso. A ver ahora quién abre gas saliendo de una curva lenta o arrancando desde parado.
Otra cosa que me intriga sobremanera es qué neumáticos y equipos de freno necesita un vehículo así. En el vídeo reportaje que os ponemos al final del artículo, el tal David Wiggings nos cuenta todos los pormenores del coche, pero no dice nada de las gomas que calza. Sólo que las llantas también están trabajadas para aligerar peso. Me juego lo que sea a que te explotan las ruedas acelerando en línea recta por el desierto de Salt Lake City.
Por qué será que en el vídeo sólo sale el coche parado. La empresa de este señor se llama Cover Tuning Dynamics y parece que se centra mayormente en hacerle atrocidades a Lamborghinis, aunque si quieres también te destrozan la moto al más puro estilo Easy Rider. Sólo a los americanos se les ocurren estas cosas…