Ya sabemos que las ventas bajan calamitosamente en España aunque la gente se haya dado algo de prisa en comprar antes de la subida del IVA y se haya registrado un 3,4% de crecimiento respecto al mismo mes del año pasado. Pero este artículo está directamente vinculado a mi escrito sobre los híbridos en Japón.
El caso es que en ese artículo apunté que hay una chispa de esperanza y de que tal vez estamos cambiando de dirección para depender menos de la gasolina y el diesel. La DGT ha registrado en agosto 906 coches híbridos vendidos, lo cual supone que dentro de este tipo de vehículos, la subida ha sido de un espectacular 43,35%.
Pero sólo son datos de este mes. Si contabilizamos todo el año, el mercado de los híbridos se ha mantenido bastante estable, y el incremento sólo ha sido de un ligero 0,44% o, lo que es lo mismo, 7.129 unidades matriculadas. De este repunte de los híbridos en agosto, hay que destacar el crecimiento en Andalucía, la Comunidad de Madrid, Cataluña y Castilla-La Mancha.
Es hora de despertarse
Este asentamiento lento pero continuo de los híbridos en España se la debemos en gran parte a los taxistas, que han hecho números y se lanzan cada vez más a por un Toyota Prius. Porque, en términos globales, seguimos erre que erre con el diesel. Y ahí es donde hemos de darles un buen capón a los fabricantes europeos. Se necesitan coches híbridos fabricados aquí, porque las divisas se están yendo a Japón ¿A qué estamos esperando? Los americanos ya se han puesto las pilas.
Nuestra marca por antonomasia, Seat, tiene completamente paralizado su proyecto híbrido IBX. Formar parte del grupo VAG en este caso no nos está haciendo ningún favor. Estamos en manos de los vehículos y las tecnologías que nos permitan emplear desde Alemania, y eso es un yugo y un freno terrible, cuando tenemos universidades e institutos científicos con decenas de proyectos viables y propios.