Cuando conducimos de noche y está lloviendo, siempre se nos encoge un poco el estómago. Nos queda cierta sensación de estar desprotegidos y de que poco podemos hacer contra la madre naturaleza cuando está cabreada. Las gotas de lluvia reflejan la luz de nuestro coche y quedamos bastante mermados en visibilidad, es como tener una cortina delante. Srinivasa Narasimhan, profesor de ciencias informáticas de la Universidad Carnegie Mellon (Estados Unidos) y su equipo han desarrollado un innovador sistema de faros que atenúa este deslumbramiento.
Esto lo consigue variando constantemente la cantidad de luz que emiten los faros. Es complejo de explicar y suena a ciencia ficción: un proyector digital ilumina las gotas durante varios milisegundos y una cámara capta la localización de cada gota de agua. Luego, un programa informático hace una predicción de cuándo estas gotas entrarán en el campo de visión de conductor. Los faros se encienden y se apagan también en milisegundos, justo cuando las gotas detectadas nos deslumbrarían. Así que lo faros del coche sólo se emiten cuando el haz de luz puede viajar sin interrupción de las gotas.
El invento se ha desarrollado sobre un Toyota Prius dentro de un laboratorio, donde se simulaban distintas velocidades e intensidades de lluvia. Todo se ha enfocado a que el sistema sea efectivo de tres a cuatro metros delante del proyector, donde se sitúa la zona crítica en la que el reflejo del agua es más pernicioso. Hasta aquí es un gran avance, pero les queda por solucionar el factor de los movimientos del coche, los cambios de dirección. Sin tener en cuenta esto, el sistema no vale para su uso en la calle.
En el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), hace tiempo que trabajan en un coche que pueda circular solo. Kent Larson, que lidera este proyecto CityCar, afirma que el sistema de iluminación es otro avance hacia la conducción automática: “En última instancia, no importará si se te oscurece la visión, el coche lo solucionará por sí mismo”.