En el Centro de Automática y Robótica (centro mixto del CSIC y la Universidad Politécnica de Madrid), han conseguido con un éxito rotundo que un vehículo circule sin ninguna intervención humana. El invento lo han metido en un C3 de la anterior generación y su primera prueba ha sido desplazarse entre las localidades madrileñas de Arganda del Rey y El Escorial.
La responsable del proyecto, Teresa de Pedro, ha expresado su satisfacción y su ilusión: “Platero representa el futuro de la conducción, en el que el vehículo es capaz de desplazarse de forma autónoma para satisfacer las necesidades humanas”.
Evitar peligros innecesarios
Y la verdad es que es un invento genial. Imagínate: mañana de atasco de camino al trabajo. Conectas el sistema y a leer el periódico tranquilamente. Fuera stress, fuera maniobras impulsivas por causa de la desesperación del conductor. Desde luego, algo así no va a hacer que dejemos de conducir para siempre, porque muchos lo llevamos en la sangre y es un placer al que no renunciaremos. Pero hará que peligros tan frecuentes como los riesgos de accidente por fatiga desaparezcan.
El cacharro está programado para conocer su ubicación exacta en todo momento y toma sus propias decisiones. Es un mecanismo de conducción automática que logra que el vehículo circule por la carretera como si un humano lo estuviese manipulando, detectando el tráfico que lo rodea en todo momento. Por ahora, el margen de error puede ser de 50 centímetros, algo que hay que acabar de pulir.
Pero la cuestión es que reconoce la carretera y los obstáculos que se le ponen por delante mediante un sistema de visión artificial que también ha sido creado por ellos. Esta prueba piloto demuestra lo cerca que estamos de vivir cosas que sólo hemos visto en las películas como Minority Report. Pensemos que Platero ha conducido él solito casi 100 kilómetros.