Todavía quedan personas que se preocupan por el medio ambiente. Tal vez por ello tengo que hablaros hoy de la primera carretera solar que se instalará en el mundo, concretamente en Estados Unidos. La Administración Federal de Carreteras del país ha aprobado la financiación necesaria para que sea una realidad. Estará en Idaho y solo dispondrá de un tramo de 11 metros de largo.
Menos da una piedra, eso es lo que piensa Scott Brusaw, dueño de la empresa que gestionará esta carretera solar (Solar Roadways) capaz de producir unos 7,6 kw/h al día. Estos están compuestos por varias capas. La primera es translúcida y es la que estará en contacto con los vehículos que pasen por el tramo. Ha sido adaptada para que pueda soportar el peso de los mismos y las condiciones climatológicas más adversas. La capa intermedia es la encargada de captar y transformar la luz del sol que sirve para iluminar determinados puntos de la vía. Por último, en la capa base se encuentra el sistema de cableado.
Cada panel cuesta la friolera de 8.000 euros y tiene una vida útil aproximada de 21 años. Evidentemente, esa es su principal pega, la que hará que no se extienda como la espuma al resto de estados del país.
El objetivo de la carretera es eliminar la dependencia del petróleo en las vías. Que tenga éxito o no dependerá de su rentabilidad. De momento en Holanda también han decidido apostar en firme por ella y construirán 100 metros de carretera solar. A diferencia de lo que sucede en Estados Unidos, los paneles irán integrados en el pavimento. Formarán parte de un carril bici ubicado en la en la N203 de la localidad de Krommenie.