El Bugatti Veyron es un superdeportivo al alcance de muy pocos. Es el coche más caro del mundo, algo que pudistéis comprobar hace unos días cuando os mostré la lista que había elaborado Forbers con los coches más caros del mundo. Cuesta nada más y nada menos que 2,6 millones de dólares (la versión Super Sport), lo que al tipo de cambio actual se traduce aproximadamente en 1.880.000 euros. Pero… ¿qué hay del mantenimiento?
Evidentemente, quien puede permitirse un coche así no está preocupado por lo que le pueda costar el mantenimiento, por muy elevado que sea ese coste. Para empezar, cada año hay que aflojar 36.000 euros en concepto de impuesto de matriculación. Eso más los 15.000 euros de la revisión anual para comprobar que todo funciona correctamente en lo que a mecánica se refiere, más unos 33.000 euros al año de seguro (si somos capaces de encontrar alguna compañía que quiera hacerse cargo del seguro), más 24.000 euros en neumáticos cada 4.000 kilómetros, más 36.000 euros por mantenimiento de rueda y neumáticos a los 16.000 kilómetros… todo ello sin contar los cambios de aceite y demás.
Se os han quitado las ganas de tener un Bugatti Veyron, ¿verdad? Bueno, pensad que en sueños no cuesta nada darse una vuelta.