Una de las preguntas que muchos catalanes se hacen es si el circular como máximo a 80 km/h está sirviendo para algo. Pues bien, gracias al informe ‘Plan de mejora de la calidad del Aire’ de Barcelona hemos podido sacar algunas conclusiones interesantes. Para los que no lo sepáis, los accesos a Barcelona y alrededores están limitados a 80 km/h para reducir la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.
Los datos facilitados hablan de 450 toneladas de dióxido de carbono y 32 toneladas de partículas sólidas PM10 anuales. Eso supone una reducción del 11% en la contaminación, o lo que es lo mismo, 22.100 coches menos circulando si continuáramos como antes. Eso sí, a todo ello hay que sumarle el efecto crisis que ha hecho que en estos momentos haya gente que se ha decantado por el transporte público (demanda poco elástica, lo sé).
Haciendo números, rápidamente nos damos cuenta de que el ahorro diario es de 31,6 toneladas de gasolina y 34,9 toneladas de gasóleo. Eso es el equivalente a un ahorro de 24.000 toneladas de combustible al año, 16.023.500 litros de gasolina y 14.965.000 de gasoil. En euros, la cifra resultante es de más de 30 millones de euros ateniéndonos a los precios de hoy en día.
La calidad del aire mejora para un total de 1,3 millones de personas, que son precisamente las que viven cerca de esos tramos limitados a 80 km/h. Lógicamente, también se contabiliza una leve reducción del ruido en 2 o 3 decibelios menos. Además, para terminar de demostrar que es una medida beneficiosa, los accidentes mortales se reducen en un 50%, los de heridos graves en un 43% y el cómputo global en un 16%.
El Servei Català de Transit ha colocado un total de 170.499 multas en firme, que calculando una media nos da un total de 10 millones de euros de recaudación aproximadamente. Está claro que más de uno no se ha enterado todavía de que tiene que circular a menor velocidad. Eso sí, de listillos que frenan a última hora y que se cambian al carril derecho está plagado, lo digo por experiencia. ¿Para cuándo más radares móviles?